Soy Luna nos ha dejado con el corazón en un puño. Aunque ha sido un final espectacular, lleno de emoción y de sentimientos, en cierto modo nos ha dejado una sensación amarga por lo ocurrido con nuestros protagonistas.
Y es que después de todo por lo que han tenido que pasar Luna y Matteo, después de los muchos problemas, de los incontables obstáculos, después de todo lo malo... Por fin encontraron la manera de confesar sus auténticos sentimientos y de dejarse llevar por ellos sin miedo.
Sin embargo, esto llegó en el momento más inoportuno: cuando Matteo debe abandonar a Luna. Nuestro protagonista se muda, abandona a sus compañeros, a sus amigos y a la chica por la que ha luchado durante tanto tiempo. ¡Por eso estábamos tan tristes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario